domingo, 23 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 10: EL REENCUENTRO

CAPÍTULO 10: EL REENCUENTRO

*Narra Kim*

Llegamos. Bajamos del coche, cogimos nuestras maletas y las dejamos en el pasillo. Lucía se abrazó a su madre. Se le cayeron algunas lágrimas pero se las secó rápido. Se le veía muy emocionada. Ella y yo nos miramos y tuvimos la misma idea, subimos corriendo las escaleras y cada una entro en su habitación con sus respectivos nombres en cada puerta.
Abrí mi puerta. Las paredes eran de color rojo, algo chillón, pero me gustaban. Había una gran cama ancha y un escritorio de madera en el que observé un ordenador portátil negro, y parecía muy nuevo.
-¡Vaya! Se lo han currado bastante con la habitación- pensé en voz alta.
Las ventanas eran bastante grandes y conectaban con una pequeña terraza y balcón. No tardé en asomarme y contemplar las bonitas vistas. Tenían un jardín súper grande, césped natural y una gran piscina.
Tenía curiosidad por saber cómo sería la habitación de Lucía, salí corriendo y pasé.
-¡Guau! ¿Has visto qué pedazo de casa?
-¡Sí! Jajaja Esto es increíble.

*Narra Lucía*

Pase a la habitación. La verdad es que estaba bastante nerviosa por saber cómo era. Las paredes eran naranjas, la cama era ancha y parecía cómoda. Había un escritorio de madera con un portátil blanco. Era mejor de lo que creía, mis padres habían organizado muy bien todo aquello. Además, en el escritorio había dos posters, en uno de ellos había un canguro. En el otro, dos pequeños leones. Sabía que mi madre me los había comprado. No se le escapa una, la naturaleza me encanta. Por último, salí a la terraza. Había unas vistas geniales y además, conectaba con la habitación de Kim.

Pasó Kim a la habitación, hablamos un rato sobre lo bien que estaba todo organizado y bajamos abajo.

-Espero que tengáis hambre chicas, hoy he preparado  crepes de jamón y queso. – dijo mi madre.
-Mmm, ¡que pinta! Gracias Esther.
Nos sentamos a la mesa y empezamos comer. Los crepes estaban riquísimos y yo ya tenía ganas de ver toda la casa y salir a conocer Londres.
Kim y yo, fuimos a investigar toda la casa. Después, salimos al jardín. Estuvimos unas horas allí sentadas hablando. El tiempo se había pasado volando.
Esa misma tarde, mis padres nos llevaron a HARRODS, uno de los centros comerciales más grandes de Londres. Aquello era enorme. No nos dio tiempo a verlo entero. Mi madre compró comida, la necesaria para un par de semanas. Cuando acabaron de comprar, mis padres se fueron. Harrods quedaba cerca de casa y volveríamos andando.
Fuimos a comprarnos un par de chándal, unas deportivas y adornos para las habitaciones. Kim y yo nos entreteníamos a cada paso que dábamos. Y en una de nuestras paradas…
-Kim ¿te gusta esta foto? ¡Kim, kim! ¿Dónde te has metido?

*Narra Kim*
Esa tarde estaba siendo inigualable. Lucía y yo nos lo estábamos pasando genial comprando y no nos dimos cuenta de la hora en ningún momento. En un descuido, perdí a Lucía de vista.

-¿Lucía? Bff la he perdido.. ¿Qué hora será? Las 20:45, tengo que encontrarla y rápido.

Empecé a subir escaleras y mirando en cada rincón. Preguntaba a la gente si podían haberla visto, pero nada. Mis esfuerzos eran inútiles. En un abrir y cerrar de ojos, las luces se apagaron. Yo empecé a asustarme e iba con la linterna del móvil alumbrando como podía. Estaba demasiado oscuro, no veía nada.
Oí unas voces, decidí esconderme detrás de la primera pared que encontré. Empecé a escuchar la conversación:
-Louis tu padre nos va a matar.
-Tranquilo, él no tiene por qué enterarse de que estamos aquí.
-¿Cómo no se va a enterar cabezón? – una pequeña colleja recibió ese tal “Louis”.
-Eii, ha dolido.
-Te la has ganado a pulso.
-Bueno, deja de desconcentrarme si quieres que encuentre la puerta de salida.
-Está bien..- no llegó a acabar la frase cuando tuvo que chocar precisamente conmigo. - ¡Aaaah! ¡Louis!
-¿Qué pasa? ¿Qué pasa?
-Esperad no os asustéis.- dije siendo yo la que más asustada estaba.
Uno de los chicos  se inclinó y me ayudó a coger el móvil que se me había caído al chocar con él.
-Lo siento- dijo.
-No pasa nada. También ha sido culpa mía. –Ambos nos incorporamos y al encender de nuevo la luz del móvil, pude ver su cara. -¿Liam?
-¿Kim? ¿Pero qué haces tú aquí?
-Claro que soy yo. Pues..
-Esperad un momento, ¿vosotros dos os conocéis? – dijo ese tal “Louis” cortándome.
-Sí. –dijimos los dos al mismo tiempo.
-Bueno, las presentaciones para luego Liam, tenemos que salir de aquí.
-Un momento, y ¿Lucía?
-¿Qué? ¿Ella también está aquí?
-¿Lucía? ¿Qué Lucía? ¿De quién habláis?
-Mi mejor amiga. No podemos dejarla aquí. Nos hemos perdido de vista y estaba buscándola.
-Tranquila, iremos a por ella. –dijo Liam.
-¡Está bien! Vamos a la sala donde se encuentran todas las cámaras de seguridad. La encontraremos y después Liam borrará la parte en la que nosotros llegamos aquí hasta ahora.
-Vale, vámonos. –dijo Liam.